De su boquita de piñón salían mentiras igual de grandes y letales como las anacondas. Quería destruirnos y empezó a hacer lo que mejor ella sabe, crear un mundo lleno de mentiras, cuentos que dejan sin aliento y con miedo en el cuerpo, palabras que juntas provocarían el caos.
No podíamos mirarla a los ojos, o su mirada lacrimógena nos petrificaría el alma tal y como Gorgona Medusa petrificaba el cuerpo de aquellos que se atrevían a mirarla.
Sin embargo… nosotras éramos dos, y… el mundo real.
Y como siempre dicen… “Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo”
Y nosotras ya estamos preparadas para todo lo que puedas echarnos, una sonrisa puede con cien de tus mentiras escupidas.
Y si no… mira que pintas de chungas:
0 comentarios:
Publicar un comentario