Estaban discutiendo, los gritos se escuchaban varias calles más abajo y todas las viejas cotillas estaban mirando que le iban a contar esa noche a su vecina de al lado.
Él le dijo que era estúpida y que era el más infeliz del mundo por amarla
Ella le dio un guantazo y le dijo que no se preocupara más
Él la miro con desprecio y dijo que estaba esperando
Ella se dio la vuelta para que no le viera llorar y se fue a paso firme hasta el semáforo
Él trago saliva y se fue en dirección contraria intentando pensar cómo olvidarla
Y ahí ella cumplió el “deseo” de él, un sonido desgarrador sonó en toda la calle, el tiempo se paró y todo el mundo se giro de pronto… todo el mundo excepto él…
Su cuerpo ligero como una pluma avanzo 3 metros, un coche sin previo aviso la había arrollado. El conductor bajo rápidamente y llamó a la ambulancia sin demasiadas esperanzas por la vida de ella
Una voz casi sin aliento hizo que la piel de ese joven conductor se erizara, era la voz de la chica “Dile que… sea feliz” fue lo último que pudo decir, la sangre corría por la acera tintándola con un matiz cobrizo
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Un sonido desgarrador sonó en toda la calle, el tiempo se paró y todo el mundo se giro de pronto… todo el mundo excepto él…
Se quedo quieto, no se movió ni un milímetro pues demasiadas posibilidades estaba barajando su cerebro sobre la causa de ese sonido.
Curiosos a los cuales él repugnaba se iban acercando a la acera. Lentamente él se movió… su paso se hacía cada vez más lento… como si sus pies fueran de plomo, sus suposiciones se están volviendo hechos, era ella, estaba en el suelo, ¿Estaba muerta?
Llego al lugar del siniestro, el corazón le dio un giro de ciento ochenta grados cuando vio el rostro pálido de su amada en el suelo.
Lagrimas indiscretas salieron de sus ojos de cayó de rodillas a su lado, un hombre se acerco a su oído y le dijo “Lo último que ha dicho… es que seas feliz” y se marchó, todos se marcharon…
No había absolutamente nadie en la calle, no había conductor, no había ambulancia, no había curiosos, no había nadie… solo estaba ella y ahí fue cuando se dio cuenta de lo realmente idiota que fue, esto fue un jaque mate.
¿Por qué?
Porque ella sabía que era su razón de existir, la persona que podía causar todas sus sonrisas… y ahora ella no estaba, era imposible que fuera feliz pero… no le iba a negar la última petición a una persona muerta. Estaba encadenado a la vida hasta encontrar algo inexistente o hasta que los años decidieran llevárselo.
¿Si tuvieras oportunidad, que sería lo último que dirías?
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