No había razón para que su corazón estuviera roto. Que inútil tristeza, cuando no había razón válida para que ella no estuviera con quien quisiera estar. ¿Por que ella no podía estar con quien quisiera? ¿Por qué esta historia no podía tener un final feliz?
Simplemente porque desde otro punto de vista la tiene, ella no merecía tanto. Ella se intentaría olvidar de él pero es que todo el mundo quiere verla sintiéndose una desgraciada, y el nombre de su amado se repite sin cesar, un continuo runrún…
Ella decide desaparecer, ¿Sería lo mejor? ¿Sería lo correcto? ¿Lo aceptable? La cobardía justificada seguía siendo cobardía o al menos eso pensaba ella, cada día que pasaba se quería cada vez menos, cada día fumaba más, cada vez dormía menos, cada día era menos bonito que el anterior, cada día fingía que era feliz pero por dentro vivía una lucha consigo misma.
Lo peor será la impotencia de saber que le está mirando, que sus ojos brillan al verla, ese brillo único que solo le muestra ella, un brillo cálido, mágico y perfecto; y ella tendrá que apartar la mirada, oprimiendo todos sus deseos, sus ojos brillaran pero no al igual que los de él, porque los suyos brillaran mostrando su tristeza, esa indeseable tristeza a la que estará sometida cada día de su vida, y aún así seguirá sonriendo cada vez que este a solas en su cuarto y piense en él.
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