hagas lo que hagas.... repito hagas lo que hagas... ¡no! AAAAAGGGGG

Aún el recuerdo del momento en el que me prometí que no llegaría nunca a este punto sigue atormentándome. El punto en el que no se sabe si todo lo que haces está mal, que siempre siempre siempre estas haciéndole daño a alguien. HAGAS LO QUE HAGAS.



Sé que hay demasiadas cosas que no estoy haciendo bien. También se que hay muchas cosas que hice mal en su momento. Se… que estoy perdiendo.


No hay culpables de este asesinato a mi moral, y si lo hubiéramos seriamos el mundo y yo. Y ciertamente meter a todo el mundo en la cárcel es algo estúpido e inútil. Inútil; Como todo lo que llevamos haciendo desde el principio. Con principio estúpido y final inexistente. Solo hacer daño.


Quizás el miedo a perder a la persona que amas, te hace más vulnerable pero aún así sacas las garras y empiezas a hacer daño; quizás para empezar a hacer daño juntas a las personas que “tienes” solo para que se crea que eres importante. Quizás para continuar a hacer y decir perrerías que antes ni siquiera se te hubieran ocurrido, pero claro ya estas empezando a trastornarte y quizás tu “contrincante” este incluso peor que tú.


Pero con eso solo lo estás empeorando.


Por suerte, quizás no se pueda empeorar nada más, quizás consiguió lo que se propuso, quizás esto no podría salir peor.


Y entonces es cuando te entra la rabia, la impotencia, el mal humor o mejor dicho ningún humor porque no sabes ni tú como te sientes, y lloras; lloras porque no era lo que querías, porque quisiste darlo todo y no conseguiste dar nada, y pensarlo solo consigue ponerte peor pero cuando estás sola en tu cuarto solo piensas en eso, solo le das vueltas a la cabeza pensando “¿y qué hubiera pasado si..?, ¿Hubiera sido más feliz?”


Quizás no tienes lo que creías tener, y esa vocecilla que tanto tiempo ha estado contigo te grita un “ya te lo dije” y te das con la realidad en toda la boca.


No has dado lo que debías dar, por querer ganar el cielo has perdido un pequeño tesoro, estás olvidando a todo el mundo que antes abrazabas diez veces al día, no sonríes ni la mitad de veces que suspiras, duermes mal, comes menos, lloras más, y escondes cosas por no preocupar a nadie más.


Ahora que me fijo he puesto 9 quizás, ya nada es seguro.


Miento, algo si es muy seguro:


Por muchos adornos rosas que le pongas, por muy optimista que seas o por muchos porros que te fumes (Bueno, ahí quizás si) si algo no funciona y tú no haces nada, va a seguir sin funcionar.






Quizás lo único que te quede sea cegarte y ver un mundo rosa, pero también es inútil.